La Estantigua (en la tradición castellana), la Güestia o Bona Xente (en la mitología asturiana), Corteju de Genti de Muerti (en Extremadura), la Estadea (en Zamora), la Hueste de ánimas (en León), la Visión, la Huespeda… distintas formas de referirse a la Santa CompaÒa, aquella comitiva de fantasmas encapuchados errantes, tenebroso ejército de almas en pena que vagaban en la noche por los pueblos, bosques y cruces de caminos como presagio de muerte. Para conocer su origen debemos retrotraernos al paganismo germánico (Cacería Salvaje Wild Hunt —cuya evolución bajo el velo cristiano medieval daría la tétrica procesión espectral Mesnie Hellequinó—) y céltico (la Sluagh o la Fairy Host) relacionados con augurios de guerras, plagas, enfermedades futuras y actos de recolecta de almas…