BIZARRE
Están chalados estos españoles. Acabo de reunirme con ellos, no quieren cámaras ni protagonismos, me dicen que sus nombres son completamente irrelevantes… les he raptado de sus puestos de trabajo habituales, completamente ajenos a la industria musical, y apenas unos cigarrillos y un sorbito de café bastan para contagiarme de su frenética ilusión, de su perfecta complicidad, de su auténtica locura…
Helloween!!! dicen… —pero qué diablos!!!!—, empiezan a tragar y tragar cerveza, y me cuentan batallitas de cómo se conocieron, de su afición por el heavy metal, de los conciertos vividos, de sus subidas y sus bajadas… de ninfas, de grupies y valkirias… de civilizaciones perdidas, de ídolos, de arte y mitología —vamos un puro desparrame!!!
Sería por la octava cerveza cuando mencionan aventuras por mundos oscuros, hostiles y tenebrosos; me hablan del séptimo día del séptimo mes del calendario lunar, donde ciertas urracas tejen un puente, el nexo de unión entre el cielo y la tierra… —madre mía!!, definitivamente han perdido la cabeza!!— Me hablan de siete llaves, que abren siete cofres, que a su vez contienen siete elementos alquímicos para forjar un sueño… vuelven a mencionar y a aclamar a Helloween… —sinceramente, creo que necesito un whisky!!!
Dejo a un lado la grabadora, mis apuntes, mis bolis y cuartillas y que demonios!, dejo que mis sentidos fluyan por esta locura…
Me rebelan como surgió el Hellbook, y de cómo, empapados en una etílica noche de verano en un viejo antro de rock, nació la idea de compilar todos los temas de los alemanes Helloween. El asunto comenzó a crecer de forma vertiginosa e insospechada… empezaron a compilar material muy variado, de revistas y entrevistas, de artículos en la red, para hacer una historia chiquita de la banda, y conmemorar para sí mismos los 30 años de rodaje en los escenarios… al final, acabaron hablando de todo lo habido y por haber, de lo sagrado y lo profano, de arte y fotografía, y de todas las piezas del entramado musical… para terminar “creando y diseñando”, metiéndose de lleno en el proceso de producción.
Lo primero que hicieron fue contactar con algunos ilustres diseñadores e ilustradores de la banda, un tal Frederick y Marcos, los cuales les ayudaron e indicaron el camino… Lograron imprimir de la nada un único libro auto producido y de gran formato —con un papel estucado interior grueso, con una sobrecubierta en brillo llamativa y un acabado manufacturado y encuadernado en cartoné forrado con tela color negra y estampación en plata en el logotipo— en unos antiguos talleres del viejo Madrid de los Austria… al final, y como principio de todo, una obra preliminar y muy rudimentaria pero llena de ilusión y nobles intenciones.
Tan sencillo y tan emocionante, que aquellos iniciales momentos de incertidumbre y de locura dieron paso con el tiempo a estados de auténtica felicidad… volvieron a ser niños, otra vez…
Y desde Madrid, un paquete embalado con destino a Karlsruhe llegó a manos de Bottom Row. La agencia que dirige Jan Bayati les abriría todas las puertas; ni una pega, ni un inconveniente, algún matiz quizá… pero a partir de aquí, aquel esqueleto preliminar empezó a tomar cuerpo…, y la idea de homenajear a la banda en su 30 cumpleaños estaba cada vez más cerca, también la de conocer en persona a sus amados ídolos…
Me enseñan una entrada, 1 de Marzo de 2014, Sala La Riviera, Madrid, Hellish Rock tour part II, y se les iluminan los ojos —golpe en toda la cara!!! Otra vuelta de tuerca!!! Qué discazo dios!!!— gritan emocionados. Lo más cerca del cielo que han estado me dicen… —Sigo pensando que algo no les funciona bien a estos tipos…—, me explican cómo conocieron en persona a los chicos, a Jan y a su equipo, cómo compartieron impresiones mirándose a los ojos en una noche auténticamente memorable e irrepetible junto a Andi, Kai, Weikie, Dani, Sascha y Markus… aún siguen entusiasmados, realmente admiran su sencillez, su humildad y su grandeza…
Entre medias, festivales, conciertos, viajes, risas, birras, más risas, algún susto, más cervezas y mucho rock’n roll!!!!
Y desde entonces hermosas ideas, mágicas, ilusionantes, irrealizables, irreverentes, brutales, quiméricas, hipnóticas, desorbitantes, enloquecidas, neuróticas y creativas se van incorporando al libro… Y con ellas la oportunidad de poder homenajear a mitos del celuloide como Fritz Lang, John Ford, Frank Capra, Chaplin, Hitchcock o Tim Burton;o al polifacético genio Leonardo Da Vinci; a músicos legendarios como Beatles o Elvis; a referentes de su infancia como Walt Disney, Peyo y sus pitufos, Tex Avery y sus Looney Tunes, Jim Henson y sus teleñecos, Pendlenton Ward y sus “hora de aventuras”, Matt Groening y sus Simpsons, a Tolkien, Luis Royo, Azpiri, Monty Python, y todo ello sin olvidar a su idealizado Spectrum para vestir el libro con diseños y gráficos espectaculares, con tesoros muy escondidos, con confesiones íntimas, con historias ocultas y fotos inéditas…. y contando con la colaboración directa, única, inesperada, sincera y profunda de la banda; aun desde la distancia personal del e-mail, sentían la cercanía , sinceridad e ilusión con la que se aproximaron todos los protagonistas!. Un regalo inimaginable, para que el libro creciese exponencialmente, aseguran.
Codo a codo con Bottom Row, con David Bredebach y Markus Doernberg, el libro empieza a cerrarse, a depurarse, alcanzando un acabado mucho más profesional… Un último esfuerzo!!! noches y días sin despegarse de su Mac, el tercero de abordo en el equipo, su infatigable compañero de viaje… y alguna lagrima por el camino… en ese momento les cambia el semblante, cariacontecidos, me recrean cómo todo el trabajo se vino abajo cuando el archivo se corrompió y el Indesign se hizo añicos… todo desaparecido, sin copias de seguridad, sin una sola versión siquiera fuese remota… y tras un interminable día para poder solventarlo, finalmente se recupera el proyecto… sus expresiones, ahora sí, se tornan aliviadas…
Me remarcan que el Hellbook no es en absoluto una obra personal, que es verdad que han invertido horas en compilar y crear, pero que es una obra netamente colectiva, realizada por la legión de fans que hay por todo el mundo, y que los auténticos protagonistas de esta historia son todos ellos y, por supuesto, la banda. Para eso se pensó, y para eso se confeccionó.
Que es probable que haya habido errores, o que se haya podido abordar el libro desde otras perspectivas, con mejor prosa y giros estilísticos, pero todo lo que ha salido de aquí se ha hecho con el corazón…
Que sus vidas siguen ahí, con sus amigos, sus familias, sus cervezas, y alejadas del negocio musical, ahí es donde ellos se sienten cómodos…
Y que la huella que Helloween les ha dejado es imborrable, que la calabaza les acompañará por siempre tatuada en su alma, y que ha cambiado por completo la concepción de sus mundos, llenándoles de pura felicidad, de sincera humanidad y de auténtica diversión. Están eternamente agradecidos.
P.D: Me aseguran que hay un ángel que sigue sonriendo desde el cielo… Su imborrable, querida y sagrada memoria está en cada letra y en cada página de este libro. Gracias Ingo.
Dr. Stein para el “Daily Pumpkin”, 29 de Octubre de 2015